Los apagallamas son un elemento imprescindible en un gran número de industrias debido a las funciones que realizan; estos equipos sirven para poder garantizar unos estándares de seguridad para evitar la propagación de explosiones en un espacio determinado o en algunos de sus circuitos, como puede ser el sistema de tuberías o de venteos de una planta. Existen diversos tipos de apagallamas y su uso está destinado a equipaciones tan variadas como pueden ser hornos y quemadores, bombas y compresores o tanques y reactores, entre otros.
Entre los tipos de apagallamas que podemos encontrar en el mercado los hay de detonación, de deflagración y de fin de línea (los cuales pueden incluir o no válvulas de presión-vacío). La utilización de unos u otros dependerá del tipo de industria o de equipación a la cual vayan destinados, aunque la mayoría de estos dispositivos tienen en común su finalidad disipadora del calor para evitar daños materiales y humanos.
Dado el tipo de maquinaria que se emplea en muchos tipos de industria, resulta lógico que los apagallamas estén presentes en muchos de ellos: desde los relacionados con la extracción de petróleo y su tratamiento hasta la industria farmacéutica, pasando por los sectores químicos, las centrales eléctricas, los vertederos y las fábricas de tratamiento de residuos y aguas, etcétera. Muchos de los materiales y fluidos que se tratan en dichos procesos tienen riesgos en su manipulación, algunos de los cuales pueden derivar en reacciones exotérmicas que generen llamaradas.
Hay que tener en cuenta que, en el caso de todos aquellos procesos que incluyen la generación de combustibles o la manipulación de gases, pueden comprender reacciones químicas que, a pesar de estar controladas, puedan dar lugar a situaciones de alarma o imprevistos que requieran el uso de un mecanismo que frene una situación de peligro o crítica.
Los diferentes modelos de apagallamas tienen que estar homologados, así como proporcionar unas características de diseño que se adecuen a las situaciones descritas, donde su acción puede resultar vital. Hay modelos de tipo bidireccional que están adaptados para tuberías de ventilación abiertas, como por ejemplo en tanques (ya sean de almacenamiento o de procesamiento) o en diferentes líneas de transporte de vapor. Por otro lado, existen modelos que están diseñados para montarse en los extremos de los tubos de ventilación de dichos tanques.
En este caso, el mecanismo hace posible que los vapores salgan al exterior mientras que el aire es aspirado al interior. De este modo, estos apagallamas se sitúan donde la pérdida vapor no es un hecho relevante; eso sí, el líquido disolvente siempre debe estar protegido contra el fuego y/o las explosiones de origen exterior.
De esta manera, los apagallamas se unen al conjunto de mecanismos y equipos que hacen posible la seguridad en los diferentes tipos de industrias, cuyos procesos (algunos más delicados y que implican procedimientos de mayor riesgo para obtener el producto final) requieren estar lo suficientemente protegidos para evitar cualquier tipo de daño material y, sobre todo, daños en las personas que intervienen en la producción.
