Las entrevistas de trabajo son una instancia decisiva para conseguir empleo, aunque es normal que algunas veces los nervios nos jueguen una mala pasada y acabemos arruinando ese momento tan importante, tal como si echáramos nuestra oportunidad en a la basura.
Aspectos tales como la experiencia laboral del entrevistado, preguntas acerca de las razones del cambio de trabajo o los planes que se tienen a futuro, son moneda corriente en todos los procesos selectivos
Por todo ello, antes de acudir a una entrevista de trabajo, es necesario prestarle atención a tres cuestiones: la presentación personal, el tono de voz que se emplea y la forma de expresarse. Porque si hay algo que es evidente es que la primera impresión es crucial en las decisiones de contratación de personal.
Cuestión de apariencia
Dicen que la imagen es todo. Tal vez, no sea tan así pero sí es un punto al que debemos prestarle atención para dar una buena impresión. Es indispensable ir a la entrevista bien vestidos, lo cual no necesariamente significa tener que ir de traje sino que la vestimenta dependerá básicamente de la imagen de la empresa. La clave está en mostrarnos tal cual somos, pero procurando exhibir una imagen profesional.
Al momento de elegir qué ponernos, lo ideal es optar por prendas de colores clásicos como azul o gris. El negro es un color que puede resultar por demás serio, de modo que si lo usamos es conveniente combinarlo con otro color.
Las camisetas no son muy apropiadas para la ocasión, por lo que es mejor reemplazarlas por una camisa y, de ser necesario, usar corbata.
El calzado debe ser más bien formal, de manera que debemos descartar para ese día el uso de sandalias, chanclas o tenis.
Aquellos que opten por usar traje, es necesario que antes comprueben que les quede bien, procurando estar lo más a la moda posible.
En el caso de las mujeres, no deben pintarse las uñas con colores estridentes ni cargarse de joyas. Si eligen llevar falda no deben olvidarse de usa medias, sin importar que haga calor. También deben cuidar los complementos, es preferible utilizar un bolso discreto y con estilo, antes que uno impreso o muy moderno.
En pocas palabras, hay que usar el sentido común para mostrar que somos profesionales, fiables y que estamos preparados para el nuevo trabajo
Lenguaje corporal
El lenguaje corporal refleja mucho de nosotros. Costumbres tales como mordernos las uñas, estar inquietos en la silla, cruzarnos de brazos, etc, le dan la pauta al entrevistador sobre nuestro estado de ánimo, temores o nuestras inquietudes. Por esa razón, resulta de suma importancia aprender a controlar el lenguaje corporal para que podamos beneficiarnos de él.
Formas de expresión
Además de la vestimenta y el lenguaje corporal, la forma en la que nos expresamos es determinante para tener éxito en una entrevista de trabajo, amén de nuestro currículum o trayectoria profesional.
Existen diversas formar de decir un mismo hecho, por eso es importante elegir bien las palabras que vamos a utilizar para sacarle el máximo provecho a la entrevista. Por ejemplo, jamás debemos decir “creo o me parece que…”, ya que esto no hace más que demostrar nuestra timidez o inseguirdad. En su lugar, lo mejor es decir “Estoy seguro o convencido de que…”.
Asimismo, nunca debemos expresar dudas, pues lo que esperan los entrevistadores es que transmitamos confianza.
Esa es la actitud
La actitud también es clave para afrontar una entrevista. Para ello, es necesario que podamos identificar qué es lo que busca el entrevistador para poder colmar sus expectativas.
En general, durante la entrevista el encargado de selección puede adoptar una actitud agresiva, intimidando con preguntas al candidato para desetabilizarlo y hallar sus puntos débiles; cordial, entregándole el control de la conversación al entrevistado; amena, generando una empatía con el candidato para que éste pueda explayarse; inconexa, formulando preguntas de todo tipo; o silenciosa, realizando preguntas directas y manteniéndose callado mientras el entrevistado responde a las mismas.
En cualquiera de los casos, no hay que perder el eje de la charla e intentar resaltar nuestras aptitudes para que el entrevistado las pueda distinguir fácilmente.
¿Qué es preferible contestar?
La entrevista es una instancia decisiva en el proceso de selección personal. El entrevistador puede realizar numerosas preguntas acerca de las competencias laborales, la trayectoria profesional del candidato, ejemplos prácticos para resolver conflictos en la empresa, pretensiones económicas, etc, para poder contrastar la experiencia y conocimientos del candidato. Pero existen algunas que resultan indispensables para el departamento de Recursos Humos y, por ende, son siempre formuladas en toda entrevista.
Las preguntas más habituales son las que se refieren a la descripción del entrevistado, para que éste pueda mostrar sus capacidades profesionales. De ese modo, el entrevistador podrá corroborar si cumple o no con las cualidades requeridas para el puesto.
A la vez, suele preguntarse acerca de los planes de futuro. Así, el encargado de la selección podrá ver si el candidato es o no ambicioso, si se fija metas y si conoce cuál es el rumbo de su carrera profesional, aparte de saber qué expectativas tiene de la nueva empresa. En estos casos, es conveniente mostrar interés por aprender.
Otras de las preguntas que son complicadas de afrontar son las referidas a los motivos del cambio o interrupción de un empleo. Siempre lo más apropiado es resaltar todo lo que se aprendió de esa experiencia. En estos casos, el candidato debe contestar que está en la búsqueda de mayores responsabilidades y desafíos o nuevas oportunidades.
Al momento de responder las preguntas formuladas por el entrevistador, no hay que hacerlo de forma cerrada o con monosílabos, sino que siempre hay que argumentar lo que se dice. Y si el entrevistador no hace mención de la remuneración en la primera entrevista, tampoco hay que buscar hablar de ello.
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